El pasado lunes 21 de marzo, tuvimos nuestra primera sesión “On the Edge” en la que, en un formato parecido al de mesa redonda, pudimos escuchar y aportar opiniones sobre la desigualdad y cómo reducirla para poder crecer como sociedad.
Os preguntareis, ¿qué se habló entonces en esta sesión?
En primer lugar, aclaramos que la desigualdad es sinónimo de falta de igualdad, y la igualdad es el motor que mueve a las personas a ser mejores y a auto desarrollarse.
Pude entender como la igualdad no es darles a todas las personas las mismas facilidades, ya que hay personas que han podido disfrutar de recursos o, por otro lado, hay personas que han tenido falta de estos. La igualdad, por lo tanto, es justicia, darle a cada cual lo que le falta y este concepto tiene un nombre: equidad.
En segundo lugar, quiero hacer hincapié en que hay múltiples formas de desigualdad, pero las más críticas desde nuestro punto de vista fueron:
- La desigualdad como falta o limitación de alguna facultad física o mental que imposibilita o dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona, es decir, discapacidad. El propósito aquí es mejorar la autonomía de las personas para eliminar barreras.
- La desigualdad en la infancia, ya que la educación es la herramienta que tenemos para poder desarrollar nuestro talento.
- La desigualdad en cuanto al género, que, si desapareciese, la sociedad crecería. Según “elEconomista” el PIB aumentaría en 213.299 millones de euros y se crearían 2,8 millones de empleos entre las mujeres.
- Y, por último, la desigualdad en la sanidad que, aunque en España la podamos disfrutar, no significa que en todos los países tengan este privilegio.
Estas desigualdades se transforman en problemas personales. En muchos casos no se ven a simple vista, pero esconden mucho detrás. Detrás de cada desigualdad hay una historia, pero nadie sabe dónde esta empieza.
Además, en estos últimos años hemos vivido acontecimientos que han hecho empeorar la situación. El COVID y la guerra en Ucrania han acentuado mucho la desigualdad. La Comisión Europea sitúa a España como el país de la Unión donde más podría haber aumentado la desigualdad durante la pandemia, aunque aún está por cuantificar.
Para poner
solución a esto, hay que empezar desde abajo y buen comienzo son las empresas.
Las empresas son uno de los motores más transcendentales para acabar con la
desigualdad. Por todo esto, es que creo que hay que tener en cuenta la
desigualdad para gestionarlas, hay que ver más allá, porque siempre hay más.
Para finalizar este post, quería tomar parte en esta lucha por reducir la desigualdad y me hacía la siguiente pregunta, ¿qué puedo aportar yo a los ODS y con ello a la sociedad? En primer lugar, soy mujer por lo que en cierta parte también sufro esa desigualdad, actualmente tengo esa motivación que me ayuda a formarme y a ser cada día mejor profesional para poder cambiar el mundo desde lo más alto, empezando por mí, siguiendo por la empresa en la que algún día trabajaré o dirigiré y terminando por cambiar, aunque sea un pequeño pedacito de sociedad.
Y tú, ¿qué puedes aportar?